martes, 19 de abril de 2011

DÍA DEL ABORIGEN AMERICANO

El día del aborigen americano se celebra cada año en conmemoración al Congreso Indigenista Interamericano celebrado en México, el 19 de abril de 1940. Dicho congreso fue convocado en la ciudad de Patzquaro  por el entonces presidente mexicano Lázaro Cárdenas; quién era a su vez descendiente de aborígenes.
Allí se reunieron por primera vez representantes de la mayoría de las culturas originarias de nuestro continente, para analizar su situación y buscar caminos en común, ante las adversidades que enfrentaban. Como resultado de esta reunión, se fundó el Instituto Indigenista Interamericano, entidad que hoy tiene su sede en México y que depende de la Organización de Estados Americanos.
Por su parte, Argentina reconoció esa fecha cinco años más tarde, aunque los derechos de los aborígenes distaron mucho de ser una prioridad para nuestros gobiernos a lo largo de todo el siglo XX.
Recién con la reforma constitucional de 1994 se incluyó en su artículo 75 entre las responsabilidades del Congreso Nacional el reconocimiento de la preexistencia étnica y cultural de los pueblos originarios, el derecho y respeto a su identidad, como así también a una educación bilingüe e intercultural. Reconociendo a su vez la personería jurídica de sus comunidades, la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocuparon; entre otros de sus derechos.
Pero pese a los esfuerzos realizados, los pueblos originarios de nuestro país siguen contándose entre los sectores más vulnerables de la sociedad, siendo víctimas de innumerables situaciones de discriminación cotidiana.
Actualmente son 24 los pueblos originarios que habitan lo que hoy llamamos Argentina: Toba, Pilaga, Mocovíes, Diaguita, Calchaquí, Mapuche, Wichi, Guaraníes, Coyas, Chiriguano, Tehuelche, Vilela Mestizados, Chorote, Huarpe, Comechingones, Pampa, Ranquel, Querandi, Ona, Mataco, Chane, Quilmes, y Chulupí.
Toda América celebra esta fecha recordando a quienes habitaron nuestro territorio antes de la llegada de los blancos, e imprimieron a la tierra las primeras esencias culturales que, mezcladas a las de los colonizadores europeos, dieron como consecuencia nuestras realidades actuales.
Por ambición y soberbia en la Conquista de América, el europeo de mayor poder bélico, se transformó en el conquistador, sojuzgando al nativo, despojándolo no sólo de las tierras que habitaban desde milenios, sino destruyendo y demoliendo todo, e imponiendo por la fuerza su cultura, procurando aniquilar a la existente.
Pero por suerte, no todo pudo ser destruido. Los valores de las antiguas culturas aborígenes perduraron en los restos de aquellos imponentes templos y construcciones, que por su ubicación permanecieron inaccesibles para los hombres blancos; en las Pirámides que por su magnitud no eran fáciles de demoler; en los códices mayas y aztecas salvados de la hoguera; en los testimonios de mestizos como el Inca Garcilaso de la Vega, o de españoles como Fray Bartolomé de las Casas; en las artesanías desenterradas o encontradas; y especialmente en la memoria de los pueblos autóctonos, que fieles a sus sentimientos y convicciones, continúan amando a la tierra que habitaron desde el origen, y a la que siguen llamando Madre.
Empobrecidos y relegados, los aborígenes americanos de hoy no pretenden ya privilegios por su condición de primeros habitantes del continente, sólo aspiran a que se los trate como iguales, que se les reconozca el derecho a la tierra donde habitan en comunidades. Igualdad de oportunidades: de estudio, de trabajo y de progreso. Y el respeto a los valores de sus culturas.
El Día del Aborigen Americano pretende cuidar, perpetuar y resaltar el valor de las culturas aborígenes de América, forjadas antes del llamado "descubrimiento", y que son las que le imprimieron a nuestra tierra los primeros rasgos culturales.
Casi tres millones viven en comunidades organizadas en la Argentina, y sienten que no tienen las mismas posibilidades que la gente que desciende de la inmigración. Sienten que está relegado de la vida social y de la historia.
La Organización de las Naciones Unidas se hizo eco de la relevancia de este problema, y ya en 1993 declaró el Año Internacional de los Pueblos Indígenas, con el objeto de que los pueblos del mundo tomaran conciencia de la necesidad de solucionar los inconvenientes con que se enfrentan los pueblos originarios, y de las deudas pendientes que hay con ellos en numerosos puntos del planeta.
Desde nuestro lugar, nos cabe trabajar al lado de ellos, respetarlos, valorar su cultura, sus valores, sus costumbres y aprender de ellos, que supieron mantener el legado de sus antepasados durante siglos, y que aman y respetan a la Madre tierra como su infinita benefactora.
Fuente: aborigenargentino.com.ar