Con la presencia de la CTA y de numerosas
representaciones sociales, sindicales, políticas y religiosas, Cristina
llamó a fortalecer la organización y el protagonismo popular. Una
convocatoria explícita a toda la militancia y un reconocimiento especial
a los jóvenes.
La Presidenta no había finalizado aún sus saludos a los militantes que estaban en los patios de la Casa Rosada, cuando ya el canal TN, del Grupo Clarín, colocaba en el zócalo de la pantalla el anuncio bomba: “Tras 34 días de no aparecer públicamente, la Presidenta no habló de los cortes de luz, del dólar ni de la inflación”. O sea: los poderosos de este país volvieron a sentir el rigor de la ofensiva política de CFK.
La Presidenta no había finalizado aún sus saludos a los militantes que estaban en los patios de la Casa Rosada, cuando ya el canal TN, del Grupo Clarín, colocaba en el zócalo de la pantalla el anuncio bomba: “Tras 34 días de no aparecer públicamente, la Presidenta no habló de los cortes de luz, del dólar ni de la inflación”. O sea: los poderosos de este país volvieron a sentir el rigor de la ofensiva política de CFK.
Es que la presentación del programa PROGRESAR –de estímulo para el
estudio dirigido a los jóvenes de 18 a 24 años- le sirvió a la
Presidenta para demostrarles a propios y extraños que sus reflejos están
intactos.
En ese marco, Cristina dijo por cadena nacional que "estamos consolidando un sistema de seguridad social sin precedentes en nuestra historia" con "una política de Estado".
Al hablar en el salón de las Mujeres del Bicentenario, en la Casa Rosada, frente a casi todo el gabinete nacional y numerosos invitados, la Presidenta recordó que este programa nació con la Asignación Universal por Hijo y el lanzado ahora "es de respaldo a estudiantes de la Argentina".
"Pero esto no fue por arte de magia ni casualidad, lo pudimos hacer porque contamos con los recursos de la recuperación de la administración de los fondos de los trabajadores", remarcó.
Sostuvo que "este último derecho que estamos incorporando tiene que ver con los jóvenes que no estudian, que no tienen trabajo o que teniendo un trabajo es informal o que siendo formal no alcanzan a tener el mínimo vital y móvil que se establece por ley como salario".
Cristina explicó que ello implica un "reconocimiento a cambio de estudios, una contraprestación de 600 pesos mensuales" y abarcará a un millón y medio de jóvenes.
"Estos chicos -afirmó- son los hijos del neoliberalismo, esos chicos son los chicos que sus padres no tenían trabajo o que lo perdieron, que no fueron educados en la cultura del trabajo y que necesitan de la presencia del Estado para salir adelante".
Más adelante la jefa de Estado sostuvo que "debemos llegar a la utopía de una sociedad absolutamente igualitaria".
Desde luego que resulta de suma importancia esta nueva política de Estado, porque nadie podría ignorar el impacto que tendrá sobre una población de más de un millón y medio de jóvenes sin trabajo o en condiciones de precariedad de empleo.
Pero lo crucial del discurso presidencial ha sido el llamado explícito a la organización popular, no sólo para defender lo conquistado hasta aquí, sino también para intervenir activamente en la vida política de la sociedad.
Tal fue el sentido de su referencia explícita a lo manifestado en estos días por nuestro Secretario General Hugo Yasky, presente en el acto de ayer encabezando la delegación de la CTA junto a los compañeros Victorio Paulón, Beto Pianelli y Pablo Reyner.
La misma Presidenta se encargó de recordar que Hugo había planteado que todo este sistema de presiones con el dólar, las sublevaciones policiales y aun muchos de los apagones, estaba dirigido por los grupos de poder para hacer escarmentar al gobierno.
Cristina señaló una “discrepancia” con Hugo: “Es a la sociedad a la quieren hacer escarmentar, no al gobierno”. Pero esta “discrepancia” –aplaudida por nuestro Secretario General en señal de asentimiento- no era más que una introducción metodológica al nudo de su llamado político: que la militancia de todas las fuerzas populares redoble los esfuerzos para garantizar la organización y participación de los más amplios sectores del pueblo, partícipes y depositarios de las conquistas políticas y sociales de esta última década.
El renovado reconocimiento al papel de los jóvenes militantes populares –sean de la corriente que fuesen, como ella misma se encargara de enfatizarlo-; la ratificación de que viajará a Cuba y a Venezuela; el anuncio de que el gobierno nacional apoyará en los foros internacionales el reconocimiento al movimiento independentista de Puerto Rico; todo ello, sumado a la condena inequívoca a los opositores que, como Gustavo Posse con su policía comunal, pretenden acallar la militancia juvenil a base de palos y de intolerancia y a los medios periodísticos que saldrán a ametrallar el discurso gubernamental, nos indica que la Presidenta ha comenzado a jugar el juego que más conoce y disfruta: la ofensiva política.
CARLOS GIROTTI - Director de Comunicación y Difusión CTA Nacional
Histórica reparación del desastre neoliberal, por Hugo Yasky
En ese marco, Cristina dijo por cadena nacional que "estamos consolidando un sistema de seguridad social sin precedentes en nuestra historia" con "una política de Estado".
Al hablar en el salón de las Mujeres del Bicentenario, en la Casa Rosada, frente a casi todo el gabinete nacional y numerosos invitados, la Presidenta recordó que este programa nació con la Asignación Universal por Hijo y el lanzado ahora "es de respaldo a estudiantes de la Argentina".
"Pero esto no fue por arte de magia ni casualidad, lo pudimos hacer porque contamos con los recursos de la recuperación de la administración de los fondos de los trabajadores", remarcó.
Sostuvo que "este último derecho que estamos incorporando tiene que ver con los jóvenes que no estudian, que no tienen trabajo o que teniendo un trabajo es informal o que siendo formal no alcanzan a tener el mínimo vital y móvil que se establece por ley como salario".
Cristina explicó que ello implica un "reconocimiento a cambio de estudios, una contraprestación de 600 pesos mensuales" y abarcará a un millón y medio de jóvenes.
"Estos chicos -afirmó- son los hijos del neoliberalismo, esos chicos son los chicos que sus padres no tenían trabajo o que lo perdieron, que no fueron educados en la cultura del trabajo y que necesitan de la presencia del Estado para salir adelante".
Más adelante la jefa de Estado sostuvo que "debemos llegar a la utopía de una sociedad absolutamente igualitaria".
Desde luego que resulta de suma importancia esta nueva política de Estado, porque nadie podría ignorar el impacto que tendrá sobre una población de más de un millón y medio de jóvenes sin trabajo o en condiciones de precariedad de empleo.
Pero lo crucial del discurso presidencial ha sido el llamado explícito a la organización popular, no sólo para defender lo conquistado hasta aquí, sino también para intervenir activamente en la vida política de la sociedad.
Tal fue el sentido de su referencia explícita a lo manifestado en estos días por nuestro Secretario General Hugo Yasky, presente en el acto de ayer encabezando la delegación de la CTA junto a los compañeros Victorio Paulón, Beto Pianelli y Pablo Reyner.
La misma Presidenta se encargó de recordar que Hugo había planteado que todo este sistema de presiones con el dólar, las sublevaciones policiales y aun muchos de los apagones, estaba dirigido por los grupos de poder para hacer escarmentar al gobierno.
Cristina señaló una “discrepancia” con Hugo: “Es a la sociedad a la quieren hacer escarmentar, no al gobierno”. Pero esta “discrepancia” –aplaudida por nuestro Secretario General en señal de asentimiento- no era más que una introducción metodológica al nudo de su llamado político: que la militancia de todas las fuerzas populares redoble los esfuerzos para garantizar la organización y participación de los más amplios sectores del pueblo, partícipes y depositarios de las conquistas políticas y sociales de esta última década.
El renovado reconocimiento al papel de los jóvenes militantes populares –sean de la corriente que fuesen, como ella misma se encargara de enfatizarlo-; la ratificación de que viajará a Cuba y a Venezuela; el anuncio de que el gobierno nacional apoyará en los foros internacionales el reconocimiento al movimiento independentista de Puerto Rico; todo ello, sumado a la condena inequívoca a los opositores que, como Gustavo Posse con su policía comunal, pretenden acallar la militancia juvenil a base de palos y de intolerancia y a los medios periodísticos que saldrán a ametrallar el discurso gubernamental, nos indica que la Presidenta ha comenzado a jugar el juego que más conoce y disfruta: la ofensiva política.
CARLOS GIROTTI - Director de Comunicación y Difusión CTA Nacional
Histórica reparación del desastre neoliberal, por Hugo Yasky