Del 7 al 14 de enero de 1919, en Buenos Aires, se desataron graves
incidentes entre manifestantes obreros anarquistas y grupos de choque
que respondían a las patronales enfrentadas además con el gobierno de
Yrigoyen. En esta situación, los trabajadores llevaron adelante ciertas
medidas de fuerza para reclamar y luchar por mejores condiciones
laborales, sin embargo, se desató una tragedia que se cobró la vida de
cientos de obreros que se movilizaban por una causa justa. Esta fue la
más sangrienta de las represiones que sufrió el sector de trabajadores
en la historia argentina.
El conflicto se había originado con la
toma de los Talleres Vasena, donde los trabajadores hacían expresos sus
reclamos de mejoras en las condiciones laborales. En primera medida, el
gobierno aceptó el planteo gremial pero la intransigencia del sector
anarquista de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), sumada al
accionar violento de rompehuelgas y de grupos nacionalistas, derivó en
una escalada de violencia que dejó cerca de 700 muertos y miles de
heridos.
El proceso político había cambiado con
la llegada de Hipólito Yrigoyen a la presidencia en 1916. Propició leyes
a favor de los trabajadores y la organización sindical, junto a una
economía nacional contra los intereses probritánicos de la oligarquía,
lo que le valió a Yrigoyen un durísimo enfrentamiento con la Sociedad
Rural Argentina que lo abucheó en una de sus exposiciones.
Este
era el marco crispado en el que se desarrolló esta lucha que llevó
adelante la Sociedad de la Resistencia Metalúrgica en los Talleres
Vasena. quienes comenzaron las protestas porque hasta ese entonces su
jornada laboral se extendía de 9 a 11 horas, cuando los panaderos y los
yeseros ya habían conseguido -por su lucha- las ocho horas en 1898. A su
vez, los metalúrgicos reclamaban por la recuperación del trabajo para
aquellos obreros que habían sido despedidos por cuestionar las
condiciones laborales. Frente a este panorama, el gobierno se hizo
presente para escuchar los reclamos y aceptó el planteo gremial en
primera medida, pero los anarquistas no aceptaron las ofertas propuestas
por el gobierno y la discusión comenzó a dilatarse.
Tanto es así
que, cuando el tema tomó relevancia nacional, nuevos actores, como la
oligarquía, tomaron parte en la huelga y el asunto comenzó a írsele de
las manos al gobierno, quien era presionado y cuestionado duramente por
los sectores de poder. De esta manera, las negociaciones estancadas
detonaron el accionar violento de la patronal, quien usó grupos de
choque para reprimir a sangre fría a los obreros que se encontraban
protestando. Estos grupos represores recibieron la ayuda y el apoyo del
sector dominante con las "guardias blancas", el grupo que posteriormente
sería conocido como la "Liga Patriótica Argentina", que actuaría como
fuerza de choque hostigando a anarquistas, rusos, judíos y a "enemigos
de la Patria". Estos hechos dramáticos conforman una página oscura de la
historia del sector trabajador de la Argentina, pero quedó asentado, de
esta manera, que los trabajadores tenemos el justo derecho a
manifestarnos ante la falta de respuestas y de luchar incansablemente
por nuestros ideales.
Ver www.elhistoriador.com.ar/articulos/movimiento_obrero_hasta_1943/la_semana_tragica.php
SEC. DE FORMACIÓN POLÍTICO SINDICAL SUTEBA PROVINCIAL