UNIDAD PARA RECUPERAR ATE,
UNIDAD PARA CONSOLIDAR LOS DERECHOS RECUPERADOS,
UNIDAD PARA FORTALECER EL ESTADO.
UNIDAD PARA FORTALECER EL ESTADO.
“Abrimos un cauce”, rezaba la consigna referida a la recuperación de
la ATE de manos de la intervención de la dictadura cívico-militar, en
aquel intenso 1984. Habían transcurrido los años oscuros del terrorismo
de Estado, con más de un centenar de compañeros y compañeras delegados y
militantes estatales desaparecidos; exigíamos memoria, verdad y
justicia. La mejor reparación histórica que se podía realizar en aquel
entonces era arrebatar de las manos de los burócratas cómplices de los
genocidas, la herramienta más importante de lucha por nuestros derechos y
por la construcción de un Estado al servicio de las mayorías populares:
nuestra organización sindical.
Hoy, tres décadas después de aquella epopeya militante conducida por Germán Abdala, nuestro sindicato atraviesa la peor crisis de su historia desde la recuperación democrática. Dirigentes comprometidos con sus ambiciones personales, lecturas políticas erróneas y a contramano de la Historia y de los intereses de clase, estrategias gremiales obcecadas y condenadas al fracaso, instalación de métodos propios de lo más rancio de la burocracia sindical, son algunos de los hechos que nos obligan a un profundo replanteo de los objetivos que desanden el camino para la refundación de nuestra ATE.
Por eso, el 8 de abril de 2015 representa sin dudas un hito, una bisagra en el camino de la Historia. Por primera vez desde aquella épica recuperación, la burocracia conducida por Micheli y Matassa se empeñó en obturar el camino de la democracia sindical, y obligó a una mayoría de compañeros y compañeras a no asistir a la asamblea anual ordinaria de afiliados, donde de manera fraudulenta se quería votar una nueva Junta Electoral y una memoria y balance carente de toda legitimidad, mientras una patota de barras bravas ajenos al sindicato, custodiaban los accesos al microestadio de Argentinos Juniors. En cambio, un colectivo mayoritario expresado por la Lista Azul, la Verde de Germán, sectores representativos del Consejo Directivo Nacional, junto a la mayoría de los hospitales, el sector salud y el Frente Transversal, nos convocamos organizadamente y en unidad para realizar un acto en el salón Eva Perón de la sede nacional de ATE. Allí, confluimos más de 1700 militantes, afiliados y delegados, quienes expresamos la necesidad imperiosa de construir una alternativa a la conducción actual del sindicato, que dé cuenta de una genuina demanda de unidad del campo popular.
El acto, que tuvo la mística, el color y el fervor de las trabajadoras y trabajadores de cerca de 90 sectores del Estado Nacional y de la Ciudad, contó con la palabra de compañeros representativos de los colectivos que se dieron cita: Miguel Romero moderó el acto y dio la palabra al Secretario de Organización de ATE Capital, Daniel “Tanito” Catalano, quien abrió la ronda de intervenciones, agradeciendo la participación de históricos compañeros de ATE como Juan Carlos Ibarra, Carlos Girotti, Marcelo “Nono” Frondizi, Pelusa Carrica y Graciela Ríos, para finalizar recordando la frase de Agustín Tosco, de que la división no debe hacerse entre peronistas y antiperonistas, “sino entre quienes están consecuentemente con la lucha del pueblo y quienes están con la entrega”. Rodolfo Arrechea, miembro del CDN y referente del sector de los hospitales, saludó a cada uno de los sectores presentes en el acto. Luego tomaron la palabra nuestro compañero de la Lista Azul Juan Manuel Sueiro, el Secretario de Acción Social, Leandro Castro, y cerró la lista de oradores Rubén Mosquera, miembro del CDN y paritario nacional. Los discursos destacaron la alegría y la esperanza que se observaba en una atmósfera cargada de pasión militante, el rol de las generaciones jóvenes de cara al futuro del sindicato, y la necesidad de desterrar las prácticas violentas y antidemocráticas que se creían propias de otros espacios de la vida sindical, muy lejos de la rica historia de nuestra organización.
Nuestro compañero “Manolo” Sueiro le habló especialmente a aquellos militantes jóvenes, hijos de desaparecidos o exiliados, y de una generación que, como también señaló Leo Castro, nacieron desencantados con la política y hoy se suman a diversos espacios de militancia. También criticó duramente a la conducción de Matassa y Micheli, quienes se valieron del uso del aparato y la caja para financiar “culatas y barras dispuestos a amedrentar a los compañeros como lo peor de la burocracia”, quienes asimismo “traicionaron una historia de lucha mostrándose junto a Barrionuevo y el Momo Venegas”, para mostrar las contradicciones de algunos dirigentes “que están encasillados en una letra E del SINEP y que se jactan de poseer un complejo de cabañas en Chascomús”, para finalizar en que con unidad podemos recuperar ATE en Capital y a lo largo y a lo ancho del país. Rubén Mosquera cerró el acto, ante una multitud enfervorizada y un salón colmado de militancia, que incluso desbordó las instalaciones y se vio obligada a ocupar el patio externo. Señaló que en la etapa que viene, como rezaba un cuadro que tenía Germán Abdala en su oficina en ATE “Si las compañeras estamos en todas las luchas, debemos estar en todas las decisiones” y que hoy deben ser protagonistas, sentenciando, en referencia al michelismo, que “están derrotados, no entendieron la etapa histórica y no representan los intereses de los estatales ni las necesidades del pueblo.”
Sin dudas, el acto del 8 de abril sintetiza la constitución de una nueva mayoría: un colectivo amplio y heterogéneo que debe dar cuenta de la construcción paciente y solidaria de una unidad genuina, en torno a un programa cuidadosamente discutido y que derrote definitivamente a aquellos que no entendieron que estos doce años de avances en las conquistas populares, implican una reconfiguración en el escenario de la lucha. Que no todo es lo mismo, y que el Estado no es el enemigo, sino el objetivo hacia el cual debemos marchar en esa lucha: más y mejor Estado para todos y todas, en un contexto en donde el imperialismo, el capital financiero y la derecha autóctona pretenden aleccionar a la clase trabajadora de América Latina y detener los procesos abiertos en nuestra Patria Grande.
Porque como afirmamos en la Asamblea de Afiliados de 2013, AL PESO DEL APARATO LE OPONDREMOS LA FUERZA DE LA MILITANCIA.
Frente de Trabajadores Estatales Lista Azul en el Frente Corriente Federal
Hoy, tres décadas después de aquella epopeya militante conducida por Germán Abdala, nuestro sindicato atraviesa la peor crisis de su historia desde la recuperación democrática. Dirigentes comprometidos con sus ambiciones personales, lecturas políticas erróneas y a contramano de la Historia y de los intereses de clase, estrategias gremiales obcecadas y condenadas al fracaso, instalación de métodos propios de lo más rancio de la burocracia sindical, son algunos de los hechos que nos obligan a un profundo replanteo de los objetivos que desanden el camino para la refundación de nuestra ATE.
Por eso, el 8 de abril de 2015 representa sin dudas un hito, una bisagra en el camino de la Historia. Por primera vez desde aquella épica recuperación, la burocracia conducida por Micheli y Matassa se empeñó en obturar el camino de la democracia sindical, y obligó a una mayoría de compañeros y compañeras a no asistir a la asamblea anual ordinaria de afiliados, donde de manera fraudulenta se quería votar una nueva Junta Electoral y una memoria y balance carente de toda legitimidad, mientras una patota de barras bravas ajenos al sindicato, custodiaban los accesos al microestadio de Argentinos Juniors. En cambio, un colectivo mayoritario expresado por la Lista Azul, la Verde de Germán, sectores representativos del Consejo Directivo Nacional, junto a la mayoría de los hospitales, el sector salud y el Frente Transversal, nos convocamos organizadamente y en unidad para realizar un acto en el salón Eva Perón de la sede nacional de ATE. Allí, confluimos más de 1700 militantes, afiliados y delegados, quienes expresamos la necesidad imperiosa de construir una alternativa a la conducción actual del sindicato, que dé cuenta de una genuina demanda de unidad del campo popular.
El acto, que tuvo la mística, el color y el fervor de las trabajadoras y trabajadores de cerca de 90 sectores del Estado Nacional y de la Ciudad, contó con la palabra de compañeros representativos de los colectivos que se dieron cita: Miguel Romero moderó el acto y dio la palabra al Secretario de Organización de ATE Capital, Daniel “Tanito” Catalano, quien abrió la ronda de intervenciones, agradeciendo la participación de históricos compañeros de ATE como Juan Carlos Ibarra, Carlos Girotti, Marcelo “Nono” Frondizi, Pelusa Carrica y Graciela Ríos, para finalizar recordando la frase de Agustín Tosco, de que la división no debe hacerse entre peronistas y antiperonistas, “sino entre quienes están consecuentemente con la lucha del pueblo y quienes están con la entrega”. Rodolfo Arrechea, miembro del CDN y referente del sector de los hospitales, saludó a cada uno de los sectores presentes en el acto. Luego tomaron la palabra nuestro compañero de la Lista Azul Juan Manuel Sueiro, el Secretario de Acción Social, Leandro Castro, y cerró la lista de oradores Rubén Mosquera, miembro del CDN y paritario nacional. Los discursos destacaron la alegría y la esperanza que se observaba en una atmósfera cargada de pasión militante, el rol de las generaciones jóvenes de cara al futuro del sindicato, y la necesidad de desterrar las prácticas violentas y antidemocráticas que se creían propias de otros espacios de la vida sindical, muy lejos de la rica historia de nuestra organización.
Nuestro compañero “Manolo” Sueiro le habló especialmente a aquellos militantes jóvenes, hijos de desaparecidos o exiliados, y de una generación que, como también señaló Leo Castro, nacieron desencantados con la política y hoy se suman a diversos espacios de militancia. También criticó duramente a la conducción de Matassa y Micheli, quienes se valieron del uso del aparato y la caja para financiar “culatas y barras dispuestos a amedrentar a los compañeros como lo peor de la burocracia”, quienes asimismo “traicionaron una historia de lucha mostrándose junto a Barrionuevo y el Momo Venegas”, para mostrar las contradicciones de algunos dirigentes “que están encasillados en una letra E del SINEP y que se jactan de poseer un complejo de cabañas en Chascomús”, para finalizar en que con unidad podemos recuperar ATE en Capital y a lo largo y a lo ancho del país. Rubén Mosquera cerró el acto, ante una multitud enfervorizada y un salón colmado de militancia, que incluso desbordó las instalaciones y se vio obligada a ocupar el patio externo. Señaló que en la etapa que viene, como rezaba un cuadro que tenía Germán Abdala en su oficina en ATE “Si las compañeras estamos en todas las luchas, debemos estar en todas las decisiones” y que hoy deben ser protagonistas, sentenciando, en referencia al michelismo, que “están derrotados, no entendieron la etapa histórica y no representan los intereses de los estatales ni las necesidades del pueblo.”
Sin dudas, el acto del 8 de abril sintetiza la constitución de una nueva mayoría: un colectivo amplio y heterogéneo que debe dar cuenta de la construcción paciente y solidaria de una unidad genuina, en torno a un programa cuidadosamente discutido y que derrote definitivamente a aquellos que no entendieron que estos doce años de avances en las conquistas populares, implican una reconfiguración en el escenario de la lucha. Que no todo es lo mismo, y que el Estado no es el enemigo, sino el objetivo hacia el cual debemos marchar en esa lucha: más y mejor Estado para todos y todas, en un contexto en donde el imperialismo, el capital financiero y la derecha autóctona pretenden aleccionar a la clase trabajadora de América Latina y detener los procesos abiertos en nuestra Patria Grande.
Porque como afirmamos en la Asamblea de Afiliados de 2013, AL PESO DEL APARATO LE OPONDREMOS LA FUERZA DE LA MILITANCIA.
Frente de Trabajadores Estatales Lista Azul en el Frente Corriente Federal