El Programa Argentina Trabaja no tiene precedente a nivel mundial.
Nace como una reacción a la exclusión social de millones de trabajadores
imposibilitados para acceder a las condiciones básicas de subsistencia,
herencia de la década de los noventa y en el marco de una gran crisis
mundial.
El “Programa” se planteó como objetivo principal la “promoción del desarrollo económico y la inclusión social, generando nuevos puestos de trabajo genuino, con igualdad de oportunidades, fundado en el trabajo organizado y comunitario, incentivando e impulsando la formación de organizaciones sociales de trabajadores”
Las obras realizadas son de mediana y baja complejidad, a través de las cuales se buscó el impacto directo en los barrios postergados. Las tareas incluyeron, entre otras:
• Saneamiento: Redes de cloacas y agua.
• Infraestructura urbana: Veredas, pavimento, cordón-cuneta
• Mejoramiento de espacios verdes: Plazas, limpieza de márgenes de ríos y arroyos, tratamiento de residuos sólidos y urbanos.
• Infraestructura comunitaria: Mantenimiento y construcción de obras locales, escuelas, centros administrativos, comedores escolares, centros de salud, sociales, clubes e iglesias.
• Viviendas: Mejoramiento habitacional.
Hay miles de estos trabajos que orgullosamente podemos decir fueron realizados por los/as cooperativistas, aun con las contradicciones, falencias y errores que la práctica misma fue generando.
La implementación del programa exigió el desarrollo de herramientas de gestión por parte de los gobiernos provinciales y locales, las organizaciones sociales y las mismas cooperativas.
El “Argentina Trabaja”, como todo programa de transferencias de ingresos con contraprestación laboral, presenta una alta complejidad de gestión. Este involucra la conformación de cooperativas de trabajo y torna necesaria la organización de actividades productivas que implican liderazgo técnico y político, infraestructura, insumos, articulación y coordinación entre actores con lógicas y recursos diferentes. Esto marca una diferencia importante respecto de los programas de ingreso incondicional, que sólo exigen un esfuerzo preliminar en el registro de titulares y en los cuales, una vez cumplida la tarea, la gestión se reduce a un giro periódico de recursos.
En este sentido, puede señalarse que el “Argentina Trabaja” es un programa sujeto a un despliegue gradual —en el tiempo y en el territorio— y por eso, debe considerar constantemente las capacidades de gestión, para aprender de los errores que brinda la gradualidad.
Es por esto que defendemos “el Programa Argentina Trabaja” desde sus fundamentos iniciales, incluida la conformación de Cooperativas, las cuales no nacen de un repollo, muchas se conforman desde nuestras propias Organizaciones Sociales preexistentes que fueron quienes tuvieron que ponerse al hombro la situación de extrema desigualdad visible en el 2001.
La nota de La Nación es utilizada para denostar a Milagro Sala y a las organizaciones en general aunque admite que la inmensa mayoría de los recursos fueron manejados por los Intendentes de todos los colores políticos.
El gobierno actual tiene “la herencia” del Programa Social más importante de Latinoamérica, el cual necesariamente debe ser mejorado y amplificado, para lo cual trabajamos junto a las Organizaciones Sociales que componen la CTA y centenares de Cooperativas de variados tipos.
El párrafo final del artículo de La Nación dice “Es hora de revalorizar el cooperativismo como una valiosa herramienta de desarrollo y mejoramiento social que respete la libertad y la dignidad de sus asociados en la reconstrucción de relaciones de solidaridad que son la base de su razón de ser. El aporte de estas históricas y valiosas formas organizacionales será inestimable para combatir la pobreza y crear trabajo digno en el respeto de una ética de la solidaridad y de la responsabilidad social…”
Nosotros creemos que hay cuestiones que mejorar en este programa, pero eso se logra:
El “Programa” se planteó como objetivo principal la “promoción del desarrollo económico y la inclusión social, generando nuevos puestos de trabajo genuino, con igualdad de oportunidades, fundado en el trabajo organizado y comunitario, incentivando e impulsando la formación de organizaciones sociales de trabajadores”
Las obras realizadas son de mediana y baja complejidad, a través de las cuales se buscó el impacto directo en los barrios postergados. Las tareas incluyeron, entre otras:
• Saneamiento: Redes de cloacas y agua.
• Infraestructura urbana: Veredas, pavimento, cordón-cuneta
• Mejoramiento de espacios verdes: Plazas, limpieza de márgenes de ríos y arroyos, tratamiento de residuos sólidos y urbanos.
• Infraestructura comunitaria: Mantenimiento y construcción de obras locales, escuelas, centros administrativos, comedores escolares, centros de salud, sociales, clubes e iglesias.
• Viviendas: Mejoramiento habitacional.
Hay miles de estos trabajos que orgullosamente podemos decir fueron realizados por los/as cooperativistas, aun con las contradicciones, falencias y errores que la práctica misma fue generando.
La implementación del programa exigió el desarrollo de herramientas de gestión por parte de los gobiernos provinciales y locales, las organizaciones sociales y las mismas cooperativas.
El “Argentina Trabaja”, como todo programa de transferencias de ingresos con contraprestación laboral, presenta una alta complejidad de gestión. Este involucra la conformación de cooperativas de trabajo y torna necesaria la organización de actividades productivas que implican liderazgo técnico y político, infraestructura, insumos, articulación y coordinación entre actores con lógicas y recursos diferentes. Esto marca una diferencia importante respecto de los programas de ingreso incondicional, que sólo exigen un esfuerzo preliminar en el registro de titulares y en los cuales, una vez cumplida la tarea, la gestión se reduce a un giro periódico de recursos.
En este sentido, puede señalarse que el “Argentina Trabaja” es un programa sujeto a un despliegue gradual —en el tiempo y en el territorio— y por eso, debe considerar constantemente las capacidades de gestión, para aprender de los errores que brinda la gradualidad.
Es por esto que defendemos “el Programa Argentina Trabaja” desde sus fundamentos iniciales, incluida la conformación de Cooperativas, las cuales no nacen de un repollo, muchas se conforman desde nuestras propias Organizaciones Sociales preexistentes que fueron quienes tuvieron que ponerse al hombro la situación de extrema desigualdad visible en el 2001.
La nota de La Nación es utilizada para denostar a Milagro Sala y a las organizaciones en general aunque admite que la inmensa mayoría de los recursos fueron manejados por los Intendentes de todos los colores políticos.
El gobierno actual tiene “la herencia” del Programa Social más importante de Latinoamérica, el cual necesariamente debe ser mejorado y amplificado, para lo cual trabajamos junto a las Organizaciones Sociales que componen la CTA y centenares de Cooperativas de variados tipos.
El párrafo final del artículo de La Nación dice “Es hora de revalorizar el cooperativismo como una valiosa herramienta de desarrollo y mejoramiento social que respete la libertad y la dignidad de sus asociados en la reconstrucción de relaciones de solidaridad que son la base de su razón de ser. El aporte de estas históricas y valiosas formas organizacionales será inestimable para combatir la pobreza y crear trabajo digno en el respeto de una ética de la solidaridad y de la responsabilidad social…”
Nosotros creemos que hay cuestiones que mejorar en este programa, pero eso se logra:
- con más cooperativismo, no con menos;
- con más recursos del Estado, no con menos;
- con más redes de comercialización sostenidas desde el Estado, no con menos;
- con más Justicia Social y derechos a los trabajadores, no con menos;
- con más Argentina Trabaja, no con menos
Mesa de Organizaciones Sociales de CTA Pcia de Bs. As.
Federación de Coperativas de la Central