Intervención del compañero Hugo Yasky:
Buenas tardes. En primer lugar quiero agradecer la invitación. Me parece que es un debate trascendente y creo que más allá de las limitaciones de los conocimientos que tienen que ver con la economía, creo que es importante que una central de trabajadores pueda expresarse en este debate.
Partimos de la base de que cuando hablamos de economía no hablamos de una ciencia exacta, ni mucho menos de una ciencia neutra. La economía es un instrumento que puede estar al servicio de los intereses de las mayorías populares o al servicio de minorías privilegiadas. Creo que todo el esquema histórico de la deuda externa en la Argentina, ha sido para mí una gran ayuda intervenir luego del compañero Zaiat, se ha caracterizado permanentemente por perjudicar los intereses nacionales, por perjudicar a las mayorías populares y básicamente a la clase trabajadora de este país. Dicho esto quiero señalar que en los primeros años del mandato de Néstor Kirchner, cuando el gobierno de Néstor anunció la decisión de saldar la deuda externa con el argumento de que se podía recuperar soberanía, la Central de Trabajadores de Argentina, yo en ese momento no era el Secretario General pero formé parte de ese colectivo y de ese debate, tuvo una posición crítica. Nosotros señalamos críticamente la decisión de pagarles a los acreedores externos, porque planteábamos que había otras prioridades. Salíamos hacía muy poco tiempo de ese caos que supuestamente era el lugar al que no íbamos a llegar si cumplíamos meticulosamente con los dictados del Fondo Monetario Internacional. Y yo recuerdo que fuimos los mejores alumnos. Recuerdo a muchos economistas, muchos de ellos hoy han recuperado la voz, el protagonismo, que nos vendían un paraíso, que nos decían que Argentina estaba llamada a jugar un papel privilegiado en el concierto de América Latina, que nos decían que debíamos eyectarnos al primer mundo, y que nos vendían los pasajes de ida para ese primer mundo, y lo cierto es que en el 2001 la eyección nos depositó en un terreno baldío prácticamente, en un país desbastado, en un país con una desocupación que nunca habíamos conocido, en un país más endeudado, en un país que no tenía proyecto productivo, en un país que le había abandonado la mano a las economías regionales, en un país donde los trabajadores tenían que pagar con penurias las distintas aventuras de los que nos dijeron que primero había que agrandar la torta, que había que esperar que la copa de la riqueza terminara de llenarse, que después iba a desparramar y a mojar a los que estábamos abajo. Y lo cierto es que se dio una paradoja. La fórmula que planteó el presidente Néstor Kirchner en ese momento permitió en la medida en que nos sacamos de encima el monitoreo permanente al Fondo Monetario Internacional recuperar soberanía. No se hubiese podido recuperar la jubilación para el sector público si nosotros hubiésemos sometido esa decisión al monitoreo del Fondo Monetario Internacional y hay que reconocerlo aquí públicamente. Y esa fue la principal y gran estafa de todos estos economistas que nos venían a vender el paraíso de la eyección al primer mundo. Aplicaron en este país lo que los que venían del Fondo Monetario Internacional a vender espejitos de colores no se animaban a explicar ni a proponer en sus países de origen.
Estamos hoy en un debate que nos puede poner otra vez en un punto cero. No solamente por lo que significaría un acuerdo desventajoso en la eventualidad de que se los vote en el Congreso con los fondos buitres, no solamente por lo que va a significar pagar lo que dijo el juez Griesa, sino porque nos va a poner otra vez en lo que el compañero Zaiat explicaba claramente, otra vez en la picadora de carne del endeudamiento, otra vez en la picadora de carne del monitoreo del Fondo Monetario Internacional, otra vez en la aplicación de políticas que están concebidas claramente para favorecer a las minorías poderosas vinculadas fundamentalmente al capital financiero. Y este es otro punto que nosotros queremos plantear desde la perspectiva de una central de trabajadores. ¿Qué oportunidades ofrece el mundo de hoy cuando se habla de que vamos a regenerar la confianza de los inversores?, cuando se dice ‘la Argentina está aislada del mundo’, ‘la vamos a poner de nuevo en el centro del mundo’, ¿de qué mundo? En estos días recibíamos el llamado de la Presidenta de la Confederación Sindical Internacional que nos acompañó en Nueva York, todavía no hacen dos años cuando fuimos a plantear, de la mano de todo el movimiento sindical mundial, una legislación para que en las Naciones Unidas se pudiera dar vuelta la página oprobiosa de lo que significó en el caso de la Argentina, el abuso y el pisoteo de la soberanía y de los derechos de una nación que tendría que haber sido respetada como tal. Todo el movimiento sindical del mundo acompañó. Ahora miran azorados que estemos a punto de convalidar un camino que claramente niega lo que fuimos a plantear en las Naciones Unidas como nación soberana. El mundo en el que nosotros estamos viviendo es un mundo en crisis. Un mundo que le devolvió a los bancos con intereses financieros leoninos el esfuerzo de los pueblos del mundo. Yo pregunto: ¿dónde están los inversores que quieren venir a zambullirse de cabeza en la Argentina? ¿Dónde están los empresarios que están esperando que Argentina cierre el acuerdo con los fondos buitre para venir a traer sus dólares para crear fuentes de trabajo? Miremos a nuestro principal socio y vecino, Brasil, la crisis furibunda que están viviendo, justamente por haber quedado en la picadora de carne de las recetas neoliberales. Yo creo que esa lluvia de dólares no existe. La otra vez escuchaba al ministro Prat-Gay cuando, con cierto dejo de ironía, contestaba creo que a Axel Kicillof que se le había pagado cash al Club de París y que no había entrado ningún dólar. Creo que el ministro se estaba contestando a sí mismo lo que nos va a pasar a nosotros después de que le paguemos a los fondos buitres. Va a pasar exactamente eso. No va a entrar ningún dólar. O sí. Creo que lo decía también Zaiat, y el compañero que habló antes, de Rosario (Sebastián Soler), creo que los dólares que van a entrar van a ser dólares golondrina, capitales especulativos. Y a nosotros, si nos quedó una hipoteca, si nos quedó un agujero negro como nación, que la tienen que pagar todavía nuestros hijos y nuestros nietos es justamente haber contraído deuda para alimentar la bicicleta financiera, la fuga de capitales, la especulación y el robo de minorías que a costa del hambre de cientos de miles de trabajadores de este país y de generaciones, porque hay generaciones que no saben lo que es el trabajo registrado, hay generaciones de tres, cuatro familias que no saben a lo largo de sus historia qué es el trabajo. Ese es el precio de lo que nosotros tuvimos que pagar. Y esos son los capitales que van a venir. Y la verdad, les digo, desde esta central de trabajadores no los queremos. No los queremos porque va a ser más ajuste. Hoy hay despidos. Hoy estuvimos reunidos con otras centrales sindicales tratando de pensar en normas para impedir los despidos. Tratando de imaginar caminos para traer una propuesta a este congreso.
En este mundo y en esta Argentina creo que se sería letal en este momento aceptar las imposiciones leoninas del juez Griesa y de quienes lo secundan. Creo que sería un error. Y por último quiero hacer referencia a quienes son compañeros de ruta del movimiento de los trabajadores que son los pequeños empresarios. Los pequeños empresarios que me imagino que habrán hablado o hablarán acá. La pequeña empresa en Argentina hoy está crujiendo, y dentro de tres meses no van a ser los ruidos de crujido, van a ser los ruidos del cierre y de la caída. Hace poquito alguien del gobierno le dijo a un pequeño empresario ‘olvidate de fabricar planchas, secadores de pelo; todo eso va a venir en containers desde China’. Y eso que es fácil decirlo significa miles de puestos de trabajo que se van a perder. Acá, si queremos evitar el ajuste, si queremos evitar el caos, si queremos evitar el abismo, hay que sostener el mercado interno. La demanda interna, la pequeña empresa que es la que crea puestos de trabajo. Para qué vamos a hablar de estadísticas. Todos sabemos qué diferencia enorme hay entre los trabajos que generan las pequeñas y medianas empresas manufactureras y los que generan las grandes empresas. Entonces quiero terminar leyendo algo que expresa la voz de muchas organizaciones del movimiento empresario, la Central de Entidades Empresarias Nacionales, la Asociación Americana de Juristas, Fedecámaras (Federación de Cámaras y Centros Comerciales de la República Argentina) y otras, también la vamos a firmar las centrales sindicales, por lo menos una parte de ellas ya es seguro, y dice así: "No al mayor endeudamiento. No se debe aprobar ni facilitar el pago indebido a los fondos buitres. La sociedad argentina pagó con hambre, desempleo, pobreza y exclusión social el precio del enorme endeudamiento externo que culminó en el default del año 2001. Conscientes del grave perjuicio que significa volver al endeudamiento especulativo, a la bicicleta financiera, a los megacanjes y al pago de cuantiosas comisiones y honorarios incontrolables que se prestan a maniobras turbias, y sabiendo que ello volverá a significar graves perjuicios para nuestra sociedad y abortará cualquier posibilidad de desarrollo futuro, es que manifestamos y solicitamos: Rechazar la derogación de la llamada Ley Cerrojo. Rechazar la derogación de la Ley de Pago Soberano Nº 26984 del 2014. Cumplir con los principios de las Naciones Unidas sobre reestructuración de deudas soberanas, rechazando la derogación de la Ley de Orden Público Nº 27207. No aprobar el DNU del 22 de diciembre que establece el Megacanje II. Revisar lo actuado por el Poder Ejecutivo, ya que tarde o temprano las decisiones contrarias a derecho que se realicen podrán ser judicializadas. Es la única manera de evitar el pago indebido que los funcionarios del actual gobierno pretenden consumar. Los argentinos no aceptamos pagar este nuevo saqueo a nuestro patrimonio".
La posición de nuestra central tiene que ver con la necesidad de garantizar terminar con los despidos, distribuir la riqueza, asegurar el ingreso digno para todos los trabajadores y trabajadoras de este país.
CTA NACIONAL
Buenas tardes. En primer lugar quiero agradecer la invitación. Me parece que es un debate trascendente y creo que más allá de las limitaciones de los conocimientos que tienen que ver con la economía, creo que es importante que una central de trabajadores pueda expresarse en este debate.
Partimos de la base de que cuando hablamos de economía no hablamos de una ciencia exacta, ni mucho menos de una ciencia neutra. La economía es un instrumento que puede estar al servicio de los intereses de las mayorías populares o al servicio de minorías privilegiadas. Creo que todo el esquema histórico de la deuda externa en la Argentina, ha sido para mí una gran ayuda intervenir luego del compañero Zaiat, se ha caracterizado permanentemente por perjudicar los intereses nacionales, por perjudicar a las mayorías populares y básicamente a la clase trabajadora de este país. Dicho esto quiero señalar que en los primeros años del mandato de Néstor Kirchner, cuando el gobierno de Néstor anunció la decisión de saldar la deuda externa con el argumento de que se podía recuperar soberanía, la Central de Trabajadores de Argentina, yo en ese momento no era el Secretario General pero formé parte de ese colectivo y de ese debate, tuvo una posición crítica. Nosotros señalamos críticamente la decisión de pagarles a los acreedores externos, porque planteábamos que había otras prioridades. Salíamos hacía muy poco tiempo de ese caos que supuestamente era el lugar al que no íbamos a llegar si cumplíamos meticulosamente con los dictados del Fondo Monetario Internacional. Y yo recuerdo que fuimos los mejores alumnos. Recuerdo a muchos economistas, muchos de ellos hoy han recuperado la voz, el protagonismo, que nos vendían un paraíso, que nos decían que Argentina estaba llamada a jugar un papel privilegiado en el concierto de América Latina, que nos decían que debíamos eyectarnos al primer mundo, y que nos vendían los pasajes de ida para ese primer mundo, y lo cierto es que en el 2001 la eyección nos depositó en un terreno baldío prácticamente, en un país desbastado, en un país con una desocupación que nunca habíamos conocido, en un país más endeudado, en un país que no tenía proyecto productivo, en un país que le había abandonado la mano a las economías regionales, en un país donde los trabajadores tenían que pagar con penurias las distintas aventuras de los que nos dijeron que primero había que agrandar la torta, que había que esperar que la copa de la riqueza terminara de llenarse, que después iba a desparramar y a mojar a los que estábamos abajo. Y lo cierto es que se dio una paradoja. La fórmula que planteó el presidente Néstor Kirchner en ese momento permitió en la medida en que nos sacamos de encima el monitoreo permanente al Fondo Monetario Internacional recuperar soberanía. No se hubiese podido recuperar la jubilación para el sector público si nosotros hubiésemos sometido esa decisión al monitoreo del Fondo Monetario Internacional y hay que reconocerlo aquí públicamente. Y esa fue la principal y gran estafa de todos estos economistas que nos venían a vender el paraíso de la eyección al primer mundo. Aplicaron en este país lo que los que venían del Fondo Monetario Internacional a vender espejitos de colores no se animaban a explicar ni a proponer en sus países de origen.
Estamos hoy en un debate que nos puede poner otra vez en un punto cero. No solamente por lo que significaría un acuerdo desventajoso en la eventualidad de que se los vote en el Congreso con los fondos buitres, no solamente por lo que va a significar pagar lo que dijo el juez Griesa, sino porque nos va a poner otra vez en lo que el compañero Zaiat explicaba claramente, otra vez en la picadora de carne del endeudamiento, otra vez en la picadora de carne del monitoreo del Fondo Monetario Internacional, otra vez en la aplicación de políticas que están concebidas claramente para favorecer a las minorías poderosas vinculadas fundamentalmente al capital financiero. Y este es otro punto que nosotros queremos plantear desde la perspectiva de una central de trabajadores. ¿Qué oportunidades ofrece el mundo de hoy cuando se habla de que vamos a regenerar la confianza de los inversores?, cuando se dice ‘la Argentina está aislada del mundo’, ‘la vamos a poner de nuevo en el centro del mundo’, ¿de qué mundo? En estos días recibíamos el llamado de la Presidenta de la Confederación Sindical Internacional que nos acompañó en Nueva York, todavía no hacen dos años cuando fuimos a plantear, de la mano de todo el movimiento sindical mundial, una legislación para que en las Naciones Unidas se pudiera dar vuelta la página oprobiosa de lo que significó en el caso de la Argentina, el abuso y el pisoteo de la soberanía y de los derechos de una nación que tendría que haber sido respetada como tal. Todo el movimiento sindical del mundo acompañó. Ahora miran azorados que estemos a punto de convalidar un camino que claramente niega lo que fuimos a plantear en las Naciones Unidas como nación soberana. El mundo en el que nosotros estamos viviendo es un mundo en crisis. Un mundo que le devolvió a los bancos con intereses financieros leoninos el esfuerzo de los pueblos del mundo. Yo pregunto: ¿dónde están los inversores que quieren venir a zambullirse de cabeza en la Argentina? ¿Dónde están los empresarios que están esperando que Argentina cierre el acuerdo con los fondos buitre para venir a traer sus dólares para crear fuentes de trabajo? Miremos a nuestro principal socio y vecino, Brasil, la crisis furibunda que están viviendo, justamente por haber quedado en la picadora de carne de las recetas neoliberales. Yo creo que esa lluvia de dólares no existe. La otra vez escuchaba al ministro Prat-Gay cuando, con cierto dejo de ironía, contestaba creo que a Axel Kicillof que se le había pagado cash al Club de París y que no había entrado ningún dólar. Creo que el ministro se estaba contestando a sí mismo lo que nos va a pasar a nosotros después de que le paguemos a los fondos buitres. Va a pasar exactamente eso. No va a entrar ningún dólar. O sí. Creo que lo decía también Zaiat, y el compañero que habló antes, de Rosario (Sebastián Soler), creo que los dólares que van a entrar van a ser dólares golondrina, capitales especulativos. Y a nosotros, si nos quedó una hipoteca, si nos quedó un agujero negro como nación, que la tienen que pagar todavía nuestros hijos y nuestros nietos es justamente haber contraído deuda para alimentar la bicicleta financiera, la fuga de capitales, la especulación y el robo de minorías que a costa del hambre de cientos de miles de trabajadores de este país y de generaciones, porque hay generaciones que no saben lo que es el trabajo registrado, hay generaciones de tres, cuatro familias que no saben a lo largo de sus historia qué es el trabajo. Ese es el precio de lo que nosotros tuvimos que pagar. Y esos son los capitales que van a venir. Y la verdad, les digo, desde esta central de trabajadores no los queremos. No los queremos porque va a ser más ajuste. Hoy hay despidos. Hoy estuvimos reunidos con otras centrales sindicales tratando de pensar en normas para impedir los despidos. Tratando de imaginar caminos para traer una propuesta a este congreso.
En este mundo y en esta Argentina creo que se sería letal en este momento aceptar las imposiciones leoninas del juez Griesa y de quienes lo secundan. Creo que sería un error. Y por último quiero hacer referencia a quienes son compañeros de ruta del movimiento de los trabajadores que son los pequeños empresarios. Los pequeños empresarios que me imagino que habrán hablado o hablarán acá. La pequeña empresa en Argentina hoy está crujiendo, y dentro de tres meses no van a ser los ruidos de crujido, van a ser los ruidos del cierre y de la caída. Hace poquito alguien del gobierno le dijo a un pequeño empresario ‘olvidate de fabricar planchas, secadores de pelo; todo eso va a venir en containers desde China’. Y eso que es fácil decirlo significa miles de puestos de trabajo que se van a perder. Acá, si queremos evitar el ajuste, si queremos evitar el caos, si queremos evitar el abismo, hay que sostener el mercado interno. La demanda interna, la pequeña empresa que es la que crea puestos de trabajo. Para qué vamos a hablar de estadísticas. Todos sabemos qué diferencia enorme hay entre los trabajos que generan las pequeñas y medianas empresas manufactureras y los que generan las grandes empresas. Entonces quiero terminar leyendo algo que expresa la voz de muchas organizaciones del movimiento empresario, la Central de Entidades Empresarias Nacionales, la Asociación Americana de Juristas, Fedecámaras (Federación de Cámaras y Centros Comerciales de la República Argentina) y otras, también la vamos a firmar las centrales sindicales, por lo menos una parte de ellas ya es seguro, y dice así: "No al mayor endeudamiento. No se debe aprobar ni facilitar el pago indebido a los fondos buitres. La sociedad argentina pagó con hambre, desempleo, pobreza y exclusión social el precio del enorme endeudamiento externo que culminó en el default del año 2001. Conscientes del grave perjuicio que significa volver al endeudamiento especulativo, a la bicicleta financiera, a los megacanjes y al pago de cuantiosas comisiones y honorarios incontrolables que se prestan a maniobras turbias, y sabiendo que ello volverá a significar graves perjuicios para nuestra sociedad y abortará cualquier posibilidad de desarrollo futuro, es que manifestamos y solicitamos: Rechazar la derogación de la llamada Ley Cerrojo. Rechazar la derogación de la Ley de Pago Soberano Nº 26984 del 2014. Cumplir con los principios de las Naciones Unidas sobre reestructuración de deudas soberanas, rechazando la derogación de la Ley de Orden Público Nº 27207. No aprobar el DNU del 22 de diciembre que establece el Megacanje II. Revisar lo actuado por el Poder Ejecutivo, ya que tarde o temprano las decisiones contrarias a derecho que se realicen podrán ser judicializadas. Es la única manera de evitar el pago indebido que los funcionarios del actual gobierno pretenden consumar. Los argentinos no aceptamos pagar este nuevo saqueo a nuestro patrimonio".
La posición de nuestra central tiene que ver con la necesidad de garantizar terminar con los despidos, distribuir la riqueza, asegurar el ingreso digno para todos los trabajadores y trabajadoras de este país.
CTA NACIONAL