Además, un hombre tomó fotografías de la vivienda de Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital.
Apenas se cumplió una semana de las amenazas de muerte recibidas por los delegados del gremio.
Al mismo tiempo, un auto blanco no identificado se estacionó frente a la casa del secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano, y el único hombre a bordo del vehículo tomó fotografías de la fachada de su vivienda. Esto sucede apenas un mes y medio después del sugestivo asalto a ese mismo domicilio en el barrio de Parque Avellaneda, en el que sólo faltaron pertenencias simbólicas de sus hijos y la computadora personal del dirigente. A pesar de la denuncia penal, realizada ese mismo 24 de noviembre, y de haber hecho público el acontecimiento, no hubo ningún avance en la investigación ni existió contacto de parte de las autoridades del Gobierno.
Asaltos a los dirigentes expuestos en la lucha por la reincorporación de miles de trabajadores despedidos, amenazas de muerte y personas realizando tareas de inteligencia en los sectores de trabajo y en los domicilios particulares de los representantes gremiales no pueden ser la coincidencia casual de una serie de sucesos delictivos. Se trata del comportamiento mafioso de grupos que actúan bajo la orden o el amparo de un gobierno que avanza sobre los derechos de los trabajadores y aspira a que no haya resistencia. Esperamos algún pronunciamiento de parte de los ministerios de Seguridad y Justicia, y celeridad en las investigaciones penales, y hacemos responsables a Patricia Bullrich, Germán Garavano y Esteban Bullrich de la integridad física de los dirigentes involucrados y de sus respectivas familias.
ASOCIACIÓN TRABAJADORES DEL ESTADO
CONSEJO DIRECTIVO CAPITAL FEDERAL
Al mismo tiempo, un auto blanco no identificado se estacionó frente a la casa del secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano, y el único hombre a bordo del vehículo tomó fotografías de la fachada de su vivienda. Esto sucede apenas un mes y medio después del sugestivo asalto a ese mismo domicilio en el barrio de Parque Avellaneda, en el que sólo faltaron pertenencias simbólicas de sus hijos y la computadora personal del dirigente. A pesar de la denuncia penal, realizada ese mismo 24 de noviembre, y de haber hecho público el acontecimiento, no hubo ningún avance en la investigación ni existió contacto de parte de las autoridades del Gobierno.
Asaltos a los dirigentes expuestos en la lucha por la reincorporación de miles de trabajadores despedidos, amenazas de muerte y personas realizando tareas de inteligencia en los sectores de trabajo y en los domicilios particulares de los representantes gremiales no pueden ser la coincidencia casual de una serie de sucesos delictivos. Se trata del comportamiento mafioso de grupos que actúan bajo la orden o el amparo de un gobierno que avanza sobre los derechos de los trabajadores y aspira a que no haya resistencia. Esperamos algún pronunciamiento de parte de los ministerios de Seguridad y Justicia, y celeridad en las investigaciones penales, y hacemos responsables a Patricia Bullrich, Germán Garavano y Esteban Bullrich de la integridad física de los dirigentes involucrados y de sus respectivas familias.
ASOCIACIÓN TRABAJADORES DEL ESTADO
CONSEJO DIRECTIVO CAPITAL FEDERAL