La Cámara de Diputados de Brasil, presidida por Eduardo Cunha, votó por una mayoría de 367 sobre 137 la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Ahora, la Cámara de Senadores de Brasil tiene que reafirmar o rechazar este resultado. Allí hay 81 miembros y con una mayoría simple de 41 votos se daría lugar al juicio político contra la mandataria brasileña, que la alejaría inmediatamente de su cargo por un período máximo de 180 días.
El compañero Hugo Yasky, secretario general de CTA se refirió a los
últimos sucesos en el país hermano y reafirmó la necesidad de fortalecer
la unidad del campo popular: “Tenemos la obligación de ser capaces de
construir espacios de unidad”.
-¿Cuál es tu opinión respecto de este intento de golpe parlamentario a Dilma Rousseff?
Creo
que es toda una puesta en escena que trata de encubrir lo que realmente
sucedió ayer que es un golpe de nuevo tipo, estos que se denominan
“golpes blandos”. La destitución lisa y llana de un gobierno que había
llegado a donde está por el voto popular en un país como Brasil donde la
clase dominante no admite que quienes intentaron torcer mínimamente ese
destino de pobreza y exclusión al que están condenados las grandes
mayorías populares de ese país, se pudiera modificar. Ayer, el
periodista Eric Nepomuceno, en una columna que escribía terminaba
diciendo que un corrupto como Cunha, demostradamente corrupto, seguido
de una legión de corruptos, el resto de esos diputados que viven a la
sombra de los negocios y de los negociados más infames, iban a destituir
a una presidenta que ni siquiera tenía iniciado un proceso por ningún
tipo de irregularidad, es decir, no le pudieron comprobar ni demostrar
nada a Dilma Rousseff como no sea su pertenencia al Partido de los
Trabajadores (PT). Creo que es un momento muy aciago para América Latina
toda porque lo que pasa en Brasil pasa en América Latina. Uno no puede
dejar de pensar en que Brasil sigue los pasos de la Argentina y aunque
las condiciones y las circunstancias son distintas, porque creo que es
mucho más grave lo que está sucediendo en Brasil, va a significar un
retroceso enorme para los sectores populares y sobre todo para la
integración de América Latina, en un marco de horizontalidad en esa
búsqueda de lograr lo que en su momento Lula, Néstor Kirchner y el
Comandante Chávez imaginaban como el camino a seguir después de haber
rechazado el intento de que entráramos al ALCA, que era forjar la unidad
de América Latina. Lamentablemente va a haber un gran retroceso. La
derecha de Brasil miró todo el tiempo de reojo lo que pasaba en la
Argentina después de que Macri asumió. Había como una competencia para
ver cuál de los sectores de la clase dominante de Brasil o de la
Argentina llegaba antes a Washington, cuál se entregaba primero en el
altar de los neoliberales y creo que perdieron la paciencia porque lo
que han hecho ayer no es otra cosa que volver a introducir a América
Latina en el terreno de la inestabilidad institucional.
-¿Cómo esto va a afectar a la clase trabajadora de Brasil siendo que los gobiernos de Lula y de Dilma han promovido tantas conquistas y derechos para los trabajadores?
Creo
que en Brasil ahora se van a aplicar políticas de ajuste sin anestesia.
Hasta ahora Dilma venía maniobrando trabajosamente para que el ajuste
que ya Brasil había empezado a hacer, porque creo que esa fue una de las
concesiones ante la andanada de acusaciones ante el papel que jugaron
los medios, porque no hay que dejar de poner en foco también cómo el
partido de los jueces de la clase dominante y los grandes medios de
comunicación, también de la clase dominante, hoy se erigen en una
especie de juego de tijeras en el que aprisionan a los gobiernos
populares y los someten a una política de desgaste que los lleva a hacer
concesiones como tuvo que hacer Dilma que le van quitando base de
sustento popular, porque lo más paradógico y perverso del proceso de
Brasil es que hace prácticamente un año que el gobierno de Brasil aplica
políticas neoliberales como una manera de parar el golpe y en realidad
ni se paró el golpe, ni se logró tener el sustento de las clases
populares que empezaron a manifestar también su descontento frente al
retroceso de la situación. Creo que lo que va a pasar ahora es que ese
ajuste se va a aplicar sistemáticamente, va a haber represión ahí donde
se intenten resistencias hacia ese ajuste y creo que se va a intentar
acorralar al PT y sobre todo ahora van a ir por Lula, porque Lula sigue
siendo un referente capaz de revertir en una elección esta derrota pero
justamente por eso está claro que van a intentar ahora ponerlo en la
mira, en la picota, a Lula y van a tratar de lograr que Lula no pueda
presentarse como candidato y para eso lo tienen que condenar. Después
buscarán los motivos de la condena, después buscarán la acusación y las
pruebas, pero van a intentar condenar a Lula que es una manera de
condenar al pueblo brasileño a seguir siendo víctima de las políticas de
exclusión y de hambre.
-Dilma dijo que se va a mantener fuerte. Ella está con mucha fortaleza. ¿Cuál va a ser el apoyo desde aquí, desde la CTA de los Trabajadores, y cómo va a continuar en tu opinión este proceso en Brasil?
Va
a ser un proceso en el que evidentemente puede haber todavía una
esperanza sobre todo en la capacidad de movilización de la Central Única
de Trabajadores (CUT), las otras centrales, y el papel que juegue el
PT. Creo que ahora se entrará en una etapa de disputa en la que va a ser
clave la correlación de fuerzas en la calle, en la que va a ser clave
la capacidad que tenga el movimiento popular de Brasil, de resistir el
embate de la derecha porque empezó en el Congreso pero ahora van a
seguir en todos los planos. Nosotros hoy justo estamos mandando una
declaración de respaldo, ratificando nuestro apoyo al gobierno que han
elegido los brasileños en elecciones limpias, y la semana que viene
vamos a estar participando en San Pablo del Congreso de la Confederación
Sindical de las Américas (CSA) que seguramente nos va a permitir a
todas las centrales sindicales del continente que vamos a estar ahí,
realizar una manifestación de apoyo a Dilma, a Lula y a la
institucionalidad democrática. Atrás de los sucesos hay una lección que
tenemos que aprender todos los pueblos de América Latina y es ser
conscientes de la fragilidad de las convicciones democráticas,
pluralistas, de los que se dicen republicanos y que en realidad no son
más que los mismos que en su momento, movidos por la voracidad de
obtener mayores ganancias y disciplinar las demandas de los sectores
populares, apañaron dictaduras, gobiernos autoritarios, y corrupciones
diversas. Estos señores que se erigen en jueces de la pureza republicana
y que fungen de hombres democráticos, honrados, respetuosos de la
pluralidad, respetuosos de las leyes no son más que lobos enmascarados
que usan la piel de cordero de la democracia cuando les conviene, y se
la sacan cuando les conviene, y tienen cuentas offshore, y tienen
negocios vinculados al narcotráfico, y están vinculados a la
prostitución, y al trabajo esclavo y semiesclavo, y a todas las lacras
sociales que se puedan imaginar y lo único que defienden son sus
privilegios. Ayer ver el espectáculo bochornoso de esos personajes
deleznables vociferando su grito sin ninguna otra razón que el odio de
clase y el revanchismo realmente producía tristeza e indignación a la
vez porque uno los ve y se da cuenta que son lo mismo en Ecuador, en
Argentina, en Bolivia, y vienen por todo, vienen con ansias de revancha.
Por eso creo que la lección es fortalecer la unidad del campo popular.
Creo que nosotros como trabajadores argentinos tenemos la obligación de
ser capaces de construir espacios de unidad. Hoy estuvimos en la CGT
Azopardo hablando en una parte de la reunión sobre la convocatoria que
vamos a hacer el 29 de abril, a un acto unitario, para defender el
derecho al trabajo digno, para defender a los trabajadores que están
siendo despedidos, para ratificar nuestro compromiso con la vigencia de
las paritarias libres, para denunciar el ajuste, para apostar a un
movimiento obrero que sea capaz de ponerle un límite a los que quieren
no solamente profundizar las desigualdades sociales porque no se bancan
estos doce años, trece años donde sin que pudiéramos tocar el cielo con
las manos, pudimos revertir en algunas medidas las desigualdades de este
continente, pero está claro que no admiten ni siquiera esos tibios
cambios que pudimos hacer con mucho esfuerzo. Las quieren todas para
ellos, quieren ser los dueños de la democracia, quieren ser los títeres
de los poderosos y poner a otros títeres en la Casa de Gobierno. En este
sentido, la unidad tiene que ser el camino.
-¿Cuál es tu opinión respecto de este intento de golpe parlamentario a Dilma Rousseff?
-¿Cómo esto va a afectar a la clase trabajadora de Brasil siendo que los gobiernos de Lula y de Dilma han promovido tantas conquistas y derechos para los trabajadores?
-Dilma dijo que se va a mantener fuerte. Ella está con mucha fortaleza. ¿Cuál va a ser el apoyo desde aquí, desde la CTA de los Trabajadores, y cómo va a continuar en tu opinión este proceso en Brasil?