Cientos de miles de personas en 
Plaza de Mayo repudiaron las políticas de retroceso del gobierno de 
Macri en materia de Derechos Humanos y reclamaron por la continuidad de 
los juicios a los genocidas militares, civiles y religiosos, partícipes y
 cómplices del Terrorismo de Estado.
CTA de los Trabajadores marchó con los 
gremios docentes a la cabeza, organizaciones sociales y políticas, en 
una enorme y plural columna, junto a la CTA Autónoma y la Corriente 
Federal de Trabajadores de la CGT, que llevaba una bandera donde se 
leía: ‘Los trabajadores somos la patria. Memoria, Verdad y Justicia’.
El documento consensuado por organismos de Derechos Humanos fue leído
 por sus principales referentes en un escenario montado entre la Casa de
 Gobierno y la Pirámide de Mayo. Entre otros aspectos se mencionó la 
lucha de los trabajadores de la educación por paritarias libres, la 
persecución a los sindicatos opositores al gobierno de la alianza 
Cambiemos y se exigió la inmediata libertad a la dirigente de la Tupac 
Amaru Milagro Sala. También se repudiaron las amenazas al compañero 
Roberto Baradel y su familia y los despidos de trabajadores estatales y 
privados.
“Hoy, 41 años después del Golpe, han reinstalado un plan económico de
 exclusión y, nuevamente, los trabajadores y trabajadoras vuelven a ser 
los principales perjudicados. Tanto en el sector privado como en el 
estatal, los despidos se cuentan de a miles, mientras intentan que 
regresemos a tiempos de flexibilización laboral. Los docentes, en 
reclamo por la paritaria nacional, son atacados no sólo públicamente, 
sino también con amenazas, como las sufridas por el compañero Roberto 
Baradel y su familia, hechos que repudiamos enérgicamente. Ese plan 
económico se complementa con la persecución a los trabajadores 
organizados, quienes representan la resistencia al proyecto neoliberal. 
Repudiamos enérgicamente la persecución a trabajadores y acompañamos la 
lucha que se da en cada lugar del país en defensa del derecho al 
trabajo, como AGR-Clarín, la cooperativa del Bauen, la Textil Neuquén, 
Atanor y tantas otras”.
El compañero Hugo Yasky, secretario general de CTA de los 
Trabajadores, se refirió a la conmemoración del Día Nacional de la 
Memoria por la Verdad y la Justicia y al retroceso del gobierno de Macri
 en las políticas de derechos humanos y juzgamiento a los genocidas:
“Orgulloso de este Pueblo. Es el único pueblo del mundo, que luego de
 41 años sigue llenando las calles. Es el único Pueblo del mundo que 
renueva, con presencia juvenil año tras año, en muchos años el 
compromiso con la Memoria, por la Verdad y la Justicia, el único pueblo 
del mundo que logró con el ejemplo de las Madres  y Abuelas de Plaza de 
Mayo, que se juzgaran, se condenaran y se encarcelaran a los genocidas y
 el único pueblo del mundo capaz de resistir una violencia que aún hoy, 
sigue pugnando para que haya impunidad. Por eso nos sumamos al reclamo 
que van a hacer las Madres y las Abuelas de continuidad de los juicios. 
Jujuy es la provincia, donde el carcelero Morales puede exhibir una foto
 que provoca un mal ejemplo para la historia. Milagro Sala presa y 
Blaquier en libertad.
La lentificación de los juicios, el hecho de que hoy los jueces que 
están al frente de esas causas, parece que caminaran como cangrejos, 
siempre para el costado, siempre tratando de mostrar a los genocidas, 
como ancianos desvalidos, que no deben ser sometidos a la presión moral 
de un juicio, y la verdad que creo que si este Pueblo fue capaz de 
esperar 40 años para que se concretara el encarcelamiento de muchos de 
los genocidas militares, va a seguir luchando para también los socios 
civiles, y los que tienen que ver con el clero, paguen las cuentas que 
tienen ante la justicia. Aún después de muertos los vamos a recordar 
condenados y responsables de este genocidio.
Tengo entrañables recuerdos de compañeros como Requena, como Marina 
Vilte, como Arancibia, que yo los conocí siendo muy joven, jóvenes ellos
 también, Arancibia era un poco más grande, pero con o sin diferencia de
 edad, eran verdaderos maestros. Yo mamé las primeras enseñanzas de la 
lucha sindical; aprendí con sus ejemplos, lo que es la consecuencia, lo 
que es no agacharse ante a los poderosos, lo que es hablarles siempre 
con la verdad a los trabajadores y han dejado una huella imborrable en 
mi vida.
Creo que los espacios de resistencia, la defensa de la memoria, esta 
fenomenal construcción cultural y política que son los cientos de miles 
de argentinos en la calle, el 24 de marzo, a pesar de lo que quisieron 
borrar los grandes medios de comunicación, los dueños de esos medios, 
los librepensadores del poder y de la derecha. A pesar de eso, que hoy 
tengamos esta construcción colectiva en la calle es la demostración 
palpable que no nos derrotaron y no nos van a derrotar. Vamos a pasar 
momentos, en que quizá el movimiento popular tenga que retroceder. Vamos
 a pasar momentos en que tengamos que caminar por una estepa desértica, 
pero no nos van a derrotar. La prueba de esto es esta presencia juvenil y
 esta multitud que se moviliza con absoluta conciencia de que no están 
mirando para atrás. Los que estamos acá, miramos para adelante, 
también”.
El compañero Victorio Paulon, secretario de Derechos Humanos de CTA 
de los Trabajadores, detalló lo que significó el Terrorismo de Estado 
para el conjunto de las y los trabajadores:
“El golpe de estado me agarró en la cárcel del Chaco. Fuimos aislados
 durante un año de todos los contactos familiares. Ahí me enteré de la 
desaparición de mi hermano. Mi compañera, que había viajado al exterior,
 con mis hijos. Tengo la sensación de una época de vacío enorme que se 
fue llenando después con  las noticias del paro de la CGT del año 79, de
 la ronda de las Madres en el año 77, todas noticias fragmentadas que 
llegaban a través de la villita. Pero de todos modos recuerdos 
personales, anecdóticos, al lado de esa gigantesca memoria colectiva que
 se fue construyendo a lo largo del tiempo y que hoy se expresa acá, CGT
 y CTA juntos, representaciones sindicales de Europa, del Mercosur. 
Finalmente logramos lo que queríamos durante años, que era incorporar 
los 30000 compañeros detenidos desaparecidos a la historia del 
movimiento obrero argentino. Son parte de esa historia. Los que no eran 
trabajadores activos eran militantes de partidos políticos, de 
organizaciones que reivindicaban el rol protagónico de la clase obrera 
en el proceso de transformación revolucionaria.
Por eso, esos compañeros, como las víctimas de la Patagonia Rebelde, 
de la Semana Trágica, de la Forestal, del 17 de Octubre, los bombardeos 
de la Plaza de Mayo, de José León Suárez, del Cordobazo, del Rosariazo, 
son los compañeros que a lo largo de la historia fueron señalando un 
camino que hoy, una nueva generación de trabajadores organizados la 
recuperan como propia. Éste es el recuerdo más fuerte que tengo.
Este gobierno va a intentar, de lo pequeño a lo grande, retroceder en
 todo. Si pueden pasar por la teoría de los dos demonios, y si pueden, 
instalar de vuelta la condena a los ‘subversivos’. Es un destino 
irreversible. Ellos están condenados, como clase social, a lo que ha 
sucedido en la Argentina, y en la medida que tengan poder, van a tapar 
esta historia, la van a negar. Y bueno, lo nuestro es la confianza. Es 
la única vez, desde que tengo memoria política, que cinco, y el 30 de 
marzo va a ser la sexta, movilizaciones de más de 100 mil personas, 
llegan a la Plaza de Mayo. Esto es un hecho inédito. Esto no pasó nunca.
 Quiere decir que hay una recuperación de la energía popular. Hay un 
aislamiento del gobierno y sus aliados. Se trata de sostener la lucha 
hasta que cambien o hasta que se vayan. Pero con esta política 
económica, esta situación no se soporta.
El recuerdo que tengo de mis compañeras y compañeros desaparecidos es
 el más tierno. Porque fueron imágenes congeladas en lo mejor de su 
juventud. Hoy los recuerdo en sus hijos, muchos de ellos militantes. Los
 recuerdo en esa especie de agradecimiento y vergüenza de ser un 
sobreviviente, porque muchos de los que quedaron tenían menos 
responsabilidad de la que tuvimos nosotros y por esas cosas de la vida 
les tocó a ellos. Somos un colectivo, y lo que les pasó a cada uno de 
ellos, nos pasó a todos nosotros en la vida”.
La compañera Cecilia Martínez, luchadora incansable, docente y 
miembro de la Mesa Nacional de la CTA de los Trabajadores, compartió su 
experiencia de vida, sus recuerdos e historia de militancia:
“El día del golpe yo estaba embarazada. Mi hija estaba por nacer. 
Nació al mes del golpe. Nosotros ya militábamos en el sindicato y 
seguimos militando, manteniendo una llamita, defendiendo los intereses 
de los trabajadores y la escuela pública, lo mismo que hacemos ahora, 
pero en las condiciones que significaba convivir con el terror, 
permanentemente.
Nuestra casa fue allanada, en el año 77 por una patota, y aun así, 
seguimos con un compromiso muy fuerte. Así que cada 24 de marzo evoco 
eso y muchas cosas más, desde el orden personal y político y es 
absolutamente conmovedor, pero ahora, tantos pibes jóvenes, con las 
banderas y las remeras del Nunca Más; tantos maestros y maestras jóvenes
 como éramos nosotros en ese momento, que en ese momento éramos muy 
jóvenes, no llegábamos ni a los 25 años.
Estoy orgullosa de mi organización, nuestra historia, de la Ctera, 
con sus 600 docentes desaparecidos, cuatro compañeros de la conducción. 
Algunos de nosotros tuvimos el privilegio de haber conocido y escuchado a
 Isauro, a Marina, a Requena, en congresos. Compañeros valientes y 
sabios, muy sabios. Éramos muy jóvenes nosotros en ese momento y 
queríamos que las cosas se resolvieran en 24 horas. La palabra de 
Isauro, era la que traía una reflexión política. Recuerdo el último 
congreso de Ctera en octubre del 75 y tengo muy grabada, como si hubiera
 pasado ayer, la figura y las palabras de Isauro en el Congreso 
advirtiendo lo que venía.
Bueno, en el recuerdo de cada uno de los compañeros que no entregaron
 la vida, porque a la vida se las arrancaron, amaban la vida esos 
compañeros, y la entregaban sí, a la militancia y a la lucha por la 
escuela pública. Pero bueno, están, acá, los viste. Están en las fotos, 
los llevan compañeros muy jóvenes. Eso es muy conmovedor.
El juicio a los genocidas fue un largo proceso de lucha de las 
Madres, de las Abuelas y también de las organizaciones sindicales que 
tuvimos un compromiso permanente con esto. Se logró en el gobierno de 
Néstor y Cristina que se hicieron cargo, como se hicieron cargo de otros
 reclamos, de un reclamo por política de Memoria por Verdad y Justicia. 
Creo que este gobierno, que representa a la derecha más conservadora, no
 va a poder. Tardaremos más, salvaremos más escollos, pero está 
incorporado, como la escuela pública, la Memoria, la Verdad y Justicia, y
 que los genocidas estén presos; es parte del pueblo argentino. No van a
 poder.
Por supuesto que hay que soportar la afrenta de que no son 30000, de 
que se termina el verso de los derechos humanos, como dijo el presidente
 en campaña. Las Madres y las Abuelas están grandes ya, pero hay posta. 
Están los hijos, están los jóvenes, para seguir la pelea. No van a 
poder. Con esto no van a poder”.
El compañero Roberto Baradel, secretario general de Suteba y CTA 
provincia de Buenos Aires, subrayó que los detenidos desaparecidos son 
30000 y se refirió a los grupos económicos que se beneficiaron con el 
golpe:
“Para nosotros, esto es un compromiso de vida. Recordar a nuestros 
30000 compañeros detenidos desaparecidos, decir que dieron la vida por 
una patria mucho más justa de la que tenemos, una patria digna de ser 
vivida, una patria libre, una patria soberana. Decir que son 30000 los 
detenidos desaparecidos. Decir que los genocidas deben estar en cárcel 
común, no como está haciendo este gobierno que los está poniendo en 
lugares VIP y que tienen que ser juzgados y condenados los genocidas 
civiles, también.
Estamos acá reafirmando la memoria y fundamentalmente, la lucha de 
nuestros compañeros. Ellos no dieron la vida en vano. Hoy somos millones
 quienes continuamos con su lucha.
En este gobierno el retroceso es atroz. Es un retroceso sacar a los 
genocidas de la cárcel común, el negacionismo de plantear que no son 30 
mil, el tema de la represión, las amenazas, la relativización de los 
derechos humanos, ofender a los organismos diciendo que son un curro. A 
mí no me sorprende, porque quienes gobiernan, apenas por un 1,5% del 
voto popular, porque sacaron el 35% en un ballotage, son los mismos que 
gobernaron en el 76 con la dictadura militar. Son los mismos grupos 
económicos, los mismos personajes”.
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