El 16 de septiembre de 1976 Claudio 
del Acha, Maria Clara Ciocchini, Pablo Diaz, Maria Claudia Falcone, 
Francisco Lopez Muntaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro fueron 
secuestrados. Sobrevivieron Gustavo Calotti, Victor Triviño, Patricia 
Miranda, Pablo Diaz y Emilce Moler. Son los más conocidos de los cientos
 de adolescentes secuestrados por la dictadura en todo el país. Todos 
jóvenes. Todos estudiantes secundarios. Todos pertenecientes a una 
militancia que quería un país mejor. Militancia, compromiso, causa. 
Palabras que tenían un contenido muy profundo en ese entonces.
Hoy, con más de 310 genocidas 
condenados, con el avance de la causa "Circuito Camps" que involucra el 
secuestro y la desaparición de cada uno de ellos y con el avance sobre 
la complicidad civil y mediática, las cosas tienen otro color. Treinta y
 seis años después, los jóvenes vuelven a estar en el centro de la 
escena, su participación y militancia en los Centros de Estudiantes, en 
las agrupaciones políticas, en las organizaciones barriales dan cuenta 
de ello. Y son las banderas que enarbolaron esos pibes, las que hoy 
flamean bien altas en cada acto, en cada acción solidaria y en cada 
grito de Memoria, Verdad y Justicia.
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